Toronto, Canadá. CIUDADES INTELIGENTES, INNOVACIÓN Y ECONOMÍA.




 

El concepto de ciudad inteligente o Smart City como se le conoce en  inglés, comenzó a surgir en los años noventa. Surgió como un modelo de ciudad urbana basado en la tecnología, que permitiera afrontar los retos que surgían en las ciudades del mundo, como reducir las emisiones contaminantes, mejorar la eficiencia energética y evitar el cambio climático. 

En la sociedad actual la globalización ha transformado la economía, el conocimiento y la innovación ha progresado mucho en un tiempo muy corto, provocando nuevos desafíos y oportunidades en las ciudades. Por esta razón, las zonas urbanas son lugares donde se centra la economía y las empresas, debido a que en estos lugares existen más oportunidades de encontrar empleo y estabilidad laboral. 

Se estima que más de la mitad de la población mundial vive en las ciudades y se espera que para el 2050, 7 de cada 10 personas vivan en zonas urbanas. La aglomeración de habitantes en las ciudades provoca que ocurran problemáticas como la desigualdad social, congestión del tráfico, contaminación del agua, entre otros. En las ciudades también se construyen infraestructuras y edificaciones que generan impactos ambientales considerables. 

Se estima que en las ciudades se emite más del 70% de emisiones de carbono y del 60% al 80% del consumo energético. Debido a estas problemáticas surgen las ciudades inteligentes, podemos definirlas como aquellas ciudades que utilizan la tecnología y la comunicación, para mejorar la calidad de vida de los habitantes (ITU, 2021). Por otro lado, Naciones Unidas advierte que en el futuro las aglomeraciones en las ciudades pueden convertirse en un problema, por lo tanto, es de vital importancia mantener la armonía, en lo social, espacial y ambiental en las ciudades y en la relación con los habitantes de las mismas. 

En el año 2018, las 50 ciudades más grandes del mundo invirtieron $ 80 mil millones en tecnología para iniciativas de ciudades inteligentes y se espera que para el 2022 el gasto alcance 158 mil millones de dólares, por lo que el interés por mejorar las zonas urbanas va aumentando en los diferentes países del mundo (Casas, 2014). Por las razones mencionadas, temas como las ciudades inteligentes están tomando relevancia. Nos interesa es informar sobre este asunto del qué son las ciudades inteligentes y sus principales características, las ventajas y desventajas que tienen a nivel social este tipo de ciudades para los habitantes. 

También mencionar y analizar el caso de Montreal, ciudad en Canadá que ha estado en el ranking de las mejores ciudades inteligentes, durante varios años. Principalmente, analizar qué características existen en la ciudad de Montreal, para ser considerada una ciudad inteligente y un ejemplo a seguir según los medios de comunicación.

El concepto de ciudad inteligente o Smart City como se le conoce en  inglés, comenzó a surgir en los años noventa. Surgió como un modelo de ciudad urbana basado en la tecnología, que permitiera afrontar los retos que surgían en las ciudades del mundo, como reducir las emisiones contaminantes, mejorar la eficiencia energética y evitar el cambio climático. 

Aunque en el 2012 la Comisión Europea informo una definición de ciudad inteligente, en su documento la definía de la siguiente manera “Una Ciudad Inteligente debe ser aquella donde el progreso se cataliza mediante la conjunción íntima entre innovaciones en las áreas de energía, transporte y tecnologías de información y comunicación” (Fernández, 2015). Básicamente, una ciudad inteligente es aquella que mediante la tecnología y la innovación es capaz de resolver los problemas que surgen en las zonas urbanas. Una característica importante de las ciudades inteligentes es que exista la comunicación con los ciudadanos, de modo que ellos puedan participar en la construcción de la ciudad. 



La participación ciudadana se hace mediante la recopilación de datos y la utilización de herramientas, de esta manera el gobierno puede actuar para solucionar el problema. Algunos ejemplos de herramientas que se utilizan en estas ciudades, son detectores de calidad del aire, del agua, índice de radiación solar, la instalación de sensores en las calles para detectar lugares libres de estacionamiento y evitar atascos en el tráfico, herramientas o aplicaciones que indican cuánto tarda en llegar un bus público. Hay otros sensores que detectan los peatones en las calles y reducen la luminosidad cuando no hay nadie en la calle ahorrando energía. 

También el uso de aplicaciones que permite informar a los ciudadanos de irregularidades en la ciudad, como farolas dañadas, contenedores llenos, entre otros. Un ejemplo concreto de la utilización de datos para mejorar la calidad de vida, se dio en Barcelona en el cual usando datos recolectados se creó una red ortogonal de autobuses para el transporte público, de modo que las rutas existentes sean de mayor velocidad, facilidad de uso y que tenga mayor frecuencia de paso. 

Semáforo inteligente, tecnología al servicio del conductor y la ciudadanía.

En Barcelona también se utilizan sensores y GPS que detectan a las ambulancias y los semáforos cambian automáticamente de color para facilitarles el paso y evitar situaciones de peligro (Bismart, 2022). Para que una ciudad sea inteligente, el gobierno debe realizar esfuerzos por emplear las tecnologías y TIC (Tecnologías de la información y las comunicaciones), con energías renovables. 

Con el propósito de mejorar la calidad de vida, la eficiencia de las operaciones y servicios urbanos, mejorar la eficiencia energética, la gestión de residuos, optimizar el tráfico, mejorar los sistemas de agua y saneamiento,  mecanismos para alertar a la policía de delitos callejeros, entre otros (ITU, 2021). Son muchos los factores que hay que tener en cuenta para ser en teoría una ciudad inteligente, entonces es por medio de la creación de políticas y mediante el uso de información recolectada, se maximiza la calidad social, el uso de los espacios públicos y que se reducen los residuos y molestias en las ciudades. 

Abu Dabi, la capital de los Emiratos Árabes Unidos.

Hay que valorar la cantidad de esfuerzos, dinero y recursos que se destinan en estas ciudades para poder resolver este tipo de problemas, además de considerar la cantidad de personas que están detrás de este tipo de proyectos que deben ser meticulosamente analizados para que se resuelvan situaciones de la mejor manera y sin desperdiciar recursos. Ciertamente, es una buena manera de abordar los problemas que surgen en las ciudades debido a la aglomeración de habitantes, sin embargo, la creación de este tipo de proyectos conllevan una gran cantidad de dinero. 

De modo, que solo ciudades con un gran capital pueden permitirse realizar este tipo de proyectos, lo que hace que este tipo de medidas que se mencionaron, no sean aplicables en todas las ciudades del mundo. Cabe mencionar que un factor importante porque ocurren las aglomeraciones en las ciudades urbanas, es la falta de empleo en las ciudades aledañas, lo que podría indicar una falta de compromiso por mejorar las zonas rurales o ciudades que no se encuentren tan industrializadas. Es necesario que las comunidades rurales también tengan un desarrollo inteligente y sostenible, las TIC son herramientas que puede acelerar ese avance (Casas, 2014). Entonces abordar los problemas existentes en las zonas rurales también es importante y en las ciudades menos industrializadas, debido a que en estas zonas se produce y cultiva gran parte de los alimentos que se consumen hoy en día, por lo que no deben ser olvidados.

Actualmente, son numerosas las ciudades en el mundo que ostentan el título de ciudad inteligente, como por ejemplo, Montreal, Singapur, Amsterdam, Seattle, entre otras. Estas ciudades a causa del postmodernismos, la globalización y el desarrollo continuo de la tecnología de información  han sabido crear iniciativas para mejorar la calidad de vida de sus ciudadanos y mejorar su atractivo turístico (Boes at al., 2015). Aunque el concepto de ciudad inteligente está muy asociado a la tecnología, algunos autores como Glaeser y Berry (2006), consideran que ser una ciudad inteligente no tiene que estar asociado a un gran avance tecnológico, sino que el enfoque debe estar en la creación de políticas y estrategias que permitan el desarrollo sostenible, el crecimiento económico y una mejor calidad de vida para los ciudadanos. En este caso, la tecnología solo sería una herramienta para que se implemente estas políticas. Podemos deducir que el concepto de ciudad inteligente está abierto a debate, tal vez por ser una idea que es relativamente reciente. 


Ciudad de Singapur.


Solo se ha empezado hablar de este tema en los últimos años, en el cual las personas y los científicos se han vuelto más conscientes del cambio climático. Si nos guiamos por la idea de que para ser una ciudad inteligente no es necesario un gran avance tecnológico, entonces ciudades o lugares no tan desarrollados podrían tomar como ejemplo este tipo de iniciativas. Aunque estarían limitados a los recursos que tienen disponibles e implementar estrategias para la recolección de información. Cabe aclarar que la falta de iniciativa en los lugares menos desarrollados puede ser un problema, debido a que lastimosamente en algunos países la corrupción es un gran impedimento para el progreso en general. 

Este tipo de iniciativas necesitan una gran cantidad de dinero y lastimosamente en Latinoamérica no es extraño encontrar proyectos inacabados o que quedan a la mitad o simplemente no son realizados adecuadamente. Por otra parte, tenemos otras perspectivas de ciudad inteligente más asociadas con la tecnología y lo digital Casas (2014) considera que es el deber de una nación  proporcionar la infraestructura computacional que articule la información, promueva la eficiencia y competitividad de las actividades. Así como en el pasado y en la actualidad se invirtió en material militar y navíos, también se debe aportar para el desarrollo de las ciudades. Asociando al concepto de ciudad inteligente, la inteligencia colectiva, inteligencia colaborativa y sistemas de innovación, conceptos que integran tres dimensiones básicas de las áreas urbanas, la dimensión física, la dimensión social y la dimensión digital. Igualmente, la comisión europea también considera a las TIC parte vital de las ciudades inteligentes, como se observa en la figura 1.

Figura 1. Fundamentos de la ciudad inteligente según la comisión europea.



Nota. Tomado de: Fernández, 2015.


EJEMPLO DE SMART CITY : MONTREAL, CANADÁ. 

Montreal, Canadá es tomado como un ejemplo de ciudad inteligente en la Figura 2, podemos observar una imagen de la misma y su área urbana. Durante varios años ha estado en varios ranking de las mejores ciudades inteligentes en el mundo, aunque esto depende de la entidad que realice este ranking y de las características que tengan en cuenta. En el 2014 estuvo en el ranking de las 21 ciudades más inteligentes del mundo. Recientemente, en el 2020 la IESE realizo un ranking que incluye 174 ciudades inteligentes del mundo, Montreal ocupo el puesto 40 un lugar no despreciable, las que ocuparon los primeros puestos fueron Londres, Nueva York y Paris respectivamente. 

Entre los factores que tenían en cuenta eran economía, medio ambiente, gobernanza, previsión internacional, capital humano, movilidad, cohesión social, tecnología y planificación urbana organizativa (Revista Seguridad 360, 2021). Hay que destacar que en la ciudad de Montreal se han llevado a cabo grandes esfuerzos para ser considerada una ciudad inteligente. En esta ciudad se formó un comité para identificar las mejores prácticas en países como Barcelona, Columbus, Lyon, Nueva York, entre otras. Con el propósito de determinar áreas clave en estas ciudades. Áreas como movilidad urbana, servicios directos a los ciudadanos, entorno de vida, democracia, sostenible desarrollo y desarrollo económico fueron las áreas claves que deberían tener en cuenta para el desarrollo de Montreal como ciudad inteligente

Implementaron 70 proyectos, en 2015-2017 que se centraban en 5 áreas de las 7 mencionadas. También realizaron consultas a los ciudadanos en los cuales participaron 203 personas. Además, desde el 2014 existe una oficina digital, en el cual los ciudadanos pueden dejar sus propuestas y eventos abiertos a empresas, ciudadanos, expertos e investigadores que deseen crear aplicaciones para mejorar la calidad de vida de los habitantes (Khomsi & Bédard, 2014). Claramente, los esfuerzos que se realizaron en la ciudad de Montreal son importantes y realzan el interés del gobierno en mejorar la ciudad. Un factor importante, a destacar es la participación ciudadana, las iniciativas que aportan los ciudadanos y las empresas, son de vital importancia, ya que son estos lo que se percatan de las fallas o falencias que se encuentran en la ciudad y en los servicios en general. De modo, que este tipo de proyectos realmente tratan de facilitar y mejorar el ambiente y el entorno de la ciudad.

Figura 2.Ciudad de Montreal (Canada).

Nota. Tomado de: Revista Semana, 2017 [Fotografia] https://www.semana.com/montreal-ciudad-con-mucha-cultura-e-historia/530556/

Una de las razones por la cual este concepto de ciudades inteligentes ha tomado relevancia, es por la tendencia de las zonas urbanas a la aglomeración de habitantes. Estas aglomeraciones en las ciudades pueden provocar sucesos favorables y desfavorables. Entre los factores positivos que producen las aglomeraciones están los rendimientos crecientes producidos por la concentración espacial de las actividades productivas, esto se debe a que son las ciudades los puntos donde suelen ocurrir las innovaciones y se crean nuevas tecnologías al ser un espacio donde se estimula la creatividad, se facilita la interacción social y se ofrece bienestar colectivo. 

Entre los factores negativos, están la congestión, la contaminación y la pobreza. Para lo cual se requieren esfuerzos notables para su corrección, igualmente el proceso de transformación a una ciudad inteligente tiene sus ventajas y desventajas. 

VENTAJAS Y DESVENTAJAS DE LAS SMARTCITIES.

Las posibles ventajas son la mejora en la eficacia del sistema público, analizar el funcionamiento de la ciudad, mejorar la calidad de vida de los ciudadanos, reducen los gastos de mantenimiento de edificios e infraestructura, entre otras. 

Las posibles desventajas son que demasiadas iniciativas podrían tener costos muy elevados con retornos a  largo plazo, algunas inversiones pueden tener baja rentabilidad o no cumplir con las expectativas, muchas iniciativas son para resolver problemas concretos y no se orientan en problemas más complejos, el abuso de la explotación de datos privados de los ciudadanos, algunas iniciativas pueden provocar aumento en los costes de energía y en la contaminación, entre otras (Fernández, 2015). 

Como se mencionó, existen muchos factores a tener en cuenta si se desea hacer un cambio a una ciudad inteligente. Sobre todo se deben tener perspectivas realistas de lo que se desea obtener o alcanzar al iniciar este tipo de proyectos, ya que tienen un gran costo económico, tecnológico y en talento humano. Aunque considero que si se gestiona correctamente y se hace las investigaciones pertinentes, estas iniciativas innovadoras traen muchos beneficios a los habitantes.

De la información analizada se puede concluir que el concepto de ciudad inteligente es relativamente reciente, en el cual existen varias definiciones. Aunque todas parecen acordar que una ciudad inteligente debe tener el propósito de mejorar la calidad de vida de los habitantes, resolver los problemas que se dan en la ciudad y que los habitantes deben participar en las iniciativas, de lo contrario no se lograran los objetivos propuestos para mejorar la ciudad. 

Cabe resaltar que Montreal es un excelente ejemplo de una ciudad inteligente, los esfuerzos realizados para mejorar a la ciudad ciertamente promueven el progreso y mejoran la calidad de vida de los habitantes, sin embargo, no es prudente pensar que todas las ciudades del mundo deben aspirar a ser como esta, ya que no todas cuentan con los recursos para realizar un proyecto tan innovador. 

Un elemento que si es digno de ejemplo de la ciudad de Montreal, es la disposición de escuchar a sus habitantes y hacerlos participes del progreso en la ciudad, elemento que si se debe imitar en diversas partes del mundo. Otro elemento que es importante es la tecnología, las ciudades consideradas inteligentes cuentan con un gran avance tecnológico que facilita principalmente el análisis de datos recopilados, paso importante para mejorar las condiciones de una ciudad. 

Aunque también podría ser un sesgo que existe, técnicamente si una ciudad es capaz de satisfacer las necesidades de sus habitantes y resolver sus problemas, aunque carezca de un gran avance tecnológico, podría considerarse una ciudad inteligente dependiendo de la definición de ciudad inteligente. Sin embargo, debido al continuo desarrollo de la tecnología, es de esperar que cada vez más ciudades aspiren a tener un mayor progreso tecnológico como Montreal u otras ciudades del mundo.


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